domingo, 6 de febrero de 2011

La gente no suele hablar de tristeza. Todo el mundo intenta evitarla, y esconderla, si por casualidad se cuela en nuestro corazón. Pero al igual que el miedo es necesario para que haya superación, la tristeza es necesaria para que exista la felicidad. No se puede saber lo que es ganar si no has perdido antes, ni se puede entender lo que es el orgullo si no hay trabajo y esfuerzo detrás.
Cuando la tristeza nos visita, tratamos de camuflarla entre sonrisas forzadas y excusas baratas. Pero por mucho que lo evitemos siempre llega, como cada río desemboca en el mar.
Y cuando nuestros corazones se vacían, cuando el momento se escapa de las manos, todo se desvanece y arde el escenario ideal. Cuando nos damos cuenta de nuestra propia ceguera o la de los demás. Cuando ves que tu mundo se cae y no encuentras donde refugiarte.
Son en esos momentos en los que tienes que quitarte la máscara, que todos llevamos para camuflarnos en esto que llamamos vida. Quitarte la máscara y recoger los trocitos de fuerza, esperanza y amor que las oleada de la tristeza a dejado como huella dentro de ti. Y superarte a ti mismo por quinta vez, hablar, y reconstruir tu mundo con los trozos de alma que has recogido con tu escoba de cristal, como el resto espera que hagas. Si sirve de algo, nos es nada personal, el ser humano es egoísta por naturaleza.

2 comentarios:

  1. Si, Iratxe, todos pasamos por estos momentos... pero son necesarios! No se puede estar siempre al 100% en nada, si no no se valoraría lo que se tiene o lo que se es.
    Estos baches los aprovecho para profundizar más en mi, en donde estoy, que hago que conseguir lo que quiero, como lo hago....
    es tiempo de meditación, creo yo.
    Buen post!
    Por cierto, no le pones título?
    A esta situación yo le llamo "estar chof!".
    Un abrazo,
    Teresa

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  2. si, esos momentos que parece que no hay manera de tirar para adelante, aunque miras a tu alrededor y te sientes incluso culpable por sentirte así con tus peqeños problemas llendo el mundo como va...
    Gracias por pasarte Teresa, un abrazo:)

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